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Desarrollo y aplicación del currículo.

Patrono de los Educadores Crsitianos

Amad tiernamente a todos vuestros alumnos; pero no os familiaricéis con ninguno de ellos, ni les déis cosa alguna por especial predilección, sino solamente como recompensa o estímulo. Manifestad a todos los alumnos igual afecto, y más aún a los pobres que a los ricos, por estaros aquéllos mucho más encomendados que éstos. Esmeraos en dar a los alumnos, en toda vuestra conducta, ejemplo constante de todas las virtudes que debéis enseñarles y hacerles practicar. (S. Juan Bta. de la Salle, Reglas comunes)

Pequeñas reflexiones.

Cuando celebramos la Misa, no hacemos una representación de la Última Cena, como en la representación del pesebre, del Vía Crucis. La Misa es una conmemoración real, o sea es una teofanía: Dios se acerca y está con nosotros, y nosotros participamos del misterio de la Redención. La liturgia es entrar en el misterio de Dios, dejarse llevar al misterio y estar en el misterio. Cuántas veces en la Misa miramos el reloj, contamos los minutos Pero es el tiempo de Dios, es el espacio de Dios, es la nube de Dios que nos envuelve a todos. Celebrar la liturgia es tener esta disponibilidad a entrar en el misterio de Dios (Sta.Marta, 10.02.2014)

Tentación de poder

En el curso de los siglos, bajo distintas formas, ha existido esta tentativa de asegurar la fe a través del poder, y la fe ha corrido siempre el riesgo de ser sofocada precisamente por abrazo del poder. La lucha por la libertad de la Iglesia, la lucha para que el reino de Jesús no pueda ser identificado con ninguna estructura política, hay que librarla en todos los siglos. En efecto, la fusión entre fe y poder político siempre tiene un precio: la fe se pone al servicio del poder y debe doblegarse a sus criterios. (Jesús de Nazaret, p.65)

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